BOLDO, LA SABIDURÍA MEDICINA DE AMÉRICA LATINA
- Lydia
- 7 feb
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Actualizado: 11 feb
El boldo no adorna sus dones ni endulza su verdad. Es un maestro antiguo, claro, firme, sin concesiones. Desde tiempos inmemoriales, ha sido guardián del equilibrio, restaurador del orden en el cuerpo y el espíritu.
No es de aquellas hierbas que susurran con dulzura, sino de las que hablan con autoridad. Su sabor amargo es una advertencia, un llamado a la depuración. Es la medicina que sacude, que despierta, que recuerda que sanar no siempre es suave, pero siempre es necesario.
En infusión, el boldo despierta su espíritu sanador. Se desliza como un río de fuego, despejando lo estancado, encendiendo el calor vital, alineando los ritmos internos con la precisión de un sabio. No se distrae ni titubea; actúa con la certeza de quien conoce el camino.
Pero su enseñanza va más allá del cuerpo. Es la voz del equilibrio que sigue a la tormenta, del orden que surge tras la entrega. Nos recuerda que la sanación es un arte de paciencia y rendición.
Para quienes buscan soltar lo que ya no les pertenece, el boldo es un aliado fiel. Su severidad amorosa nos devuelve a la claridad, a la armonía esencial, al estado puro de quienes somos cuando estamos en paz.
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